Pericos de Ala Azul. Parque Nacional Yasuní, Orellana. Foto: Lucas Bustamante
Como ecuatorianos estamos acostumbrados a escuchar, donde sea que vayamos, que nuestro país es natural y culturalmente rico, con una biodiversidad única y exuberante.
Pero siempre me pongo a pensar, ¿qué tanto conocemos, disfrutamos y aprovechamos justamente esa biodiversidad?
Empecemos con una definición breve y simplificada: la biodiversidad es la cantidad de ecosistemas y especies de plantas, animales, hongos, virus, bacterias, y las interacciones entre ellos que hay en un lugar específico.
En general, la mayor diversidad de la Tierra se concentra en zonas tropicales, por lo que se puede decir que los países que están entre los trópicos (como el nuestro) son más biodiversos. Para rematar, Ecuador está en el corazón del trópico (atravesado por la Línea Ecuatorial, por eso en la Mitad del Mundo podemos ver en nuestros celulares o GPS latitud 0).
Esto provoca que tengamos 12 horas de luz al día los 365 días del año (y falta de estaciones formalmente marcadas). Con esta cantidad de luz permanente, es el paraíso para un ‘boom’ de crecimiento de incontables variedades de plantas (casi el 8% de todas las plantas vasculares del mundo), y por ende, la base de toda la diversidad de animales y otras formas de vida.

Adicionalmente, dentro de Ecuador, a pesar de su diminuto tamaño (más pequeño que el estado de Arizona en Estados Unidos, ocupando solamente un 0,47% de la superficie terrestre de la Tierra) hay una amplia gama de ecosistemas principales: dos regiones de tierras bajas (Costa y Amazonía) divididas por la Cordillera de los Andes (que forma la Sierra). Pero, sin lugar a dudas, la Sierra y sus valles interandinos son el lugar más biodiverso en nuestro país, debido a todos los cambios de temperatura, lluvia y ecosistemas en una distancia tan corta, gracias a la variación en elevaciones (desde casi el nivel del mar hasta más de 6 000 msnm).

Y, por otro lado, la Costa, gracias a dos corrientes marinas (una cálida que viene desde Centroamérica, y una fría que viene desde la Antártida) que chocan justo frente a Ecuador, se divide en Bosque Tropical del Chocó en el norte y el Bosque Seco Tumbesino en el Sur. Y como si no fuera suficiente, todavía nos falta un ecosistema importante: nuestra Región Insular, conformada por las emblemáticas Islas Galápagos.
Todas estas regiones juntas, por los factores descritos y otros más complejos, hacen de Ecuador el país con mayor diversidad por kilómetro cuadrado en el mundo.

Ahora bien, ¿cuántas de estas regiones conoces tú?, ¿cuántas provincias has visitado de nuestro país?, ¿qué tan seguido, en tus vacaciones o feriados, vas a lugares naturales, fuera de las grandes ciudades? Es justo ahí donde podrás conocer, apreciar y enamorarte de esa biodiversidad única; el mayor tesoro y atractivo turístico de nuestro país.
Es por esto que, antes de la pandemia y ahora recuperándonos poco a poco, más de 1 millón de extranjeros visitaban Ecuador, la gran mayoría de ellos para conocer nuestros ecosistemas y biodiversidad. Mientras que las cifras de feriados nacionales, pre-pandemia igual, nos muestran que, en su mayoría, los ecuatorianos preferimos visitar grandes ciudades y destinos de playa en nuestras vacaciones: les invito a diversificar nuestros destinos de viajes, conocer todas las regiones del país y apreciar la biodiversidad de todas ellas: solo así podemos entender la verdadera riqueza de nuestro Ecuador, y hacer nuestra parte por defenderlo y protegerlo.

Biofotógrafo
Lucas Bustamante
Biólogo y fotoperiodista enfocado en la naturaleza. Durante los últimos 13 años ha documentado la biodiversidad y su interacción con los humanos en países tropicales de América, Asia y África. Cofundador de Tropical Herping y Savia Fund, una fundación que trabaja en la defensa legal de la naturaleza.
Su trabajo ha sido publicado en National Geographic, Smithsonian, Audubon, BBC Wildlife, GEO. Fue galardonado en el Wildlife Photographer of the Year y en el Nature’s Best Windland Smith Rice.