Radio Puntual FM Riobamba

Quiteños aprovechan el fin de semana para cambiar sus cromos del álbum del Mundial

En el patio de comidas del Scala Shopping, en Tumbaco ciudadanos intercambian figuritas del álbum del Mundial Catar 2022. Foto: Gabriela Balarezo / EL COMERCIO

Catalina, de 35 años, está sentada en una de las mesas del patio de comidas del Scala Shopping, en Tumbaco. A unos metros de ella está la isla en donde se venden el álbum y los sobres con los cromos del Mundial Catar 2022. Durante gran parte de la tarde, la fila para adquirir estos productos no baja de la veintena de personas.

Alrededor, en las mesas más cercanas, se distribuyen las personas que aprovecharon el fin de semana para acercarse a este punto en el centro comercial para intercambiar y también vender cromos. Aunque son pasadas las 16:00 (del domingo 11 de septiembre) se mantiene el ambiente de hora punta que suele ser más habitual a la hora del almuerzo.

En las mesas, en lugar de comida hay cromos, álbumes y listas detalladas de las figuras faltantes. Mientras su hijo de 12 años intenta conseguir uno de los últimos cromos que le faltan para llenar el álbum, Catalina espera en la mesa con dos pilas de cromos que mueve de una mano a otra.

“Hola, ¿tiene repetidos?”, le pregunta un chico que se acerca con una lista elaborada en Excel. Marcó en color verde los números de los que le faltan para agilizar el intercambio. Catalina le explica que su hijo prácticamente ya llenó el álbum y que los repetidos que tiene los está vendiendo a 20 centavos cada uno. Finalmente, el chico le compra solo cinco y se va.

Al momento llega el hijo de Catalina con un cromo de la selección de Canadá que pega de inmediato en su lugar. Dice que solo le faltan “Argentina 9” y “Croacia 19”. Es el segundo mundial que madre e hijo llenan juntos un álbum.

Catalina cuenta que es una actividad que hacen para compartir tiempo juntos y que empezaron a llenar el de este año apenas salió a la venta. Les va a tomar casi dos semanas completarlo para guardarlo junto con el que llenaron hace cuatro años.

A unas mesas de distancia, justo frente al ascensor, está sentado Francisco Ticina de 44 años. Es guayaquileño pero vive en Quito desde hace 15 años. En la mesa está su álbum de pasta dura y una caja metálica mediana en donde guarda sus cromos repetidos.

“Para llenar el álbum tienen que gustarte dos cosas, el fútbol y ser coleccionista”, señala Francisco. Cuenta que colecciona también, junto con su hijo, monedas y billetes de todos los países del mundo.

En su caso, llenar el álbum es una tradición que ha mantenido durante más de tres décadas. El primero que llenó fue el del Mundial de México de 1986. Así que guarda cada uno como un tesoro en un lugar especial de su casa.

Para completar el de la Copa de Catar le faltan solo 20 figuras, que es “un día más de ir al centro comercial a intercambiar”, asegura Francisco. Para él no hay cromos difíciles, “todos están circulando” y ya tienen pegados a todos los ‘cracks’. Hay unos de edición especial, detalla, que no son obligatorios para sellar el álbum pero que para los coleccionistas como él son fundamentales.

Pasan los minutos y cada vez hay más personas ocupando las mesas con sus álbumes y listas. Una señora que acaba de abrir algunos sobres dispone los cromos uno junto a otro frente a ella y va tachando números en una lista escrita a mano.

Cerca del stand de venta está Pablo Salinas de 28 años. El joven es un apasionado de los álbumes del Mundial. Confiesa que los van llenando y los vende hasta él quedarse con uno para guardar como recuerdo. En la pasada Copa completó cuatro y en este año ya va tres.

Apenas supo de la preventa compró el primer álbum e incluso llegó a viajar a Colombia porque le habían dicho que allí los iban a vender antes, aunque finalmente no fue así. Al día siguiente de adquirir el primer álbum ya lo había llenado. Necesitó cuatro cajas para lograrlo. El resto de cromos los intercambió para completar los siguientes.

Para él, un experto en este mundo, sí hay cromos difíciles. No son ni Messi, ni Ronaldo ni Neymar. Son figuras más específicas. En este año, los más complicados de conseguir han sido “Corea 2” y “Gales 6”.

Prácticamente camuflados entre las familias que se acercan a cambiar sus cromos están también los revendedores ‘de oficio’. En esta ocasión, una revendedora que no quiso identificarse aseguró que este año el negocio está flojo. En primer lugar, porque según ella hay menos personas que en el anterior Mundial que se interesan por comprar el álbum. Esto a causa de la subida de los precios de las cajas con sobres.

Si cuando se celebró la Copa de Rusia 2018, la caja rondaba los USD 60 ahora cuesta casi USD 84, afirma la revendedora. Además, denuncia que desde la empresa que distribuye los álbumes los persiguen para evitar que trabajen libremente. Quienes se dedican a esto, cuenta, lo hacen desde generaciones atrás y esperan cuatro años para poder tener un ingreso extra en esta época.