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Cuatro segmentos se financian con los créditos sostenibles

El proyecto inmobiliario Imperia Horizonte en Quito, de Imperia Inmobiliaria, se ejecutó con una línea de crédito verde. Foto: Diego Pallero / El Comercio

Hablar de créditos sostenibles puede parecer nuevo. Sin embargo, el financiamiento con un enfoque social, ambiental, de desarrollo, entre otros, apareció hace más de medio siglo. Por ejemplo, en países desarrollados se han llevado a cabo inversiones socialmente responsables, desde la década de los 60.

Actualmente, las finanzas sostenibles son un pilar estratégico y siguen los lineamientos que marcan los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Por ello, son parte de la cartera de crédito de varias entidades financieras en el país.

Estos créditos, también conocidos como sustentables, se destinan a personas o empresas. Para este financiamiento, las entidades bancarias y de la economía popular y solidaria impulsan el crédito verde y el social.

En el primer caso, se dan recursos para impulsar actividades o proyectos que abordan el cuidado ambiental y el cambio climático. Por ejemplo, de construcción sostenible, energía renovable, tecnologías eficientes, compra de vehículos eléctricos o híbridos, etc.

Mientras que los productos de crédito social financian principalmente proyectos enfocados a género: para madres cabezas de hogar y emprendedoras que mantienen a su familia.

El crédito, en crecimiento

El financiamiento sostenible se concentra en cuatro segmentos: microcrédito, productivo, consumo y vivienda. Estos han tenido un crecimiento constante, aseguró Marco Rodríguez, presidente ejecutivo de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (Asobanca).

Del 2019 al 2021, la banca privada ha entregado mayor monto de créditos sostenibles. En ese período, estos tuvieron un desempeño del 272%, según datos del gremio de bancos.

En Banco Pichincha, el financiamiento sostenible, que incluye Bio créditos y la cartera MiPyme (Crédito Mujer), representó el 40% del total de la cartera en 2019. Para el 2021, esta pasó al 46%.

La demanda de estos préstamos registra un crecimiento sostenido en la industria local, dice María Isabel Román, vicepresidenta de Distribución Sierra de Produbanco. Esa es la experiencia de este banco que ofrece créditos verdes desde 2016 y hasta 2022 ha entregado más de USD 430 millones, con crecimientos interanuales del monto.

La agilidad en el trámite y en el tiempo de entrega del préstamo es lo que más destaca Jorge Carrión, gerente de Imperia Inmobiliaria, dedicada a la construcción amigable con el ambiente.

Para concretar su primer proyecto en Quito, la firma accedió a un crédito verde por USD 1,6 millones en Produbanco en 2021.

Con el financiamiento, se pudo construir un edificio residencial que tiene sistemas de reutilización de recursos hídricos y de ahorro de energía. Carrión espera financiar su nuevo proyecto inmobiliario también con este tipo de crédito.

Los requisitos son mínimos

Para el acceso al financiamiento sostenible, los requisitos básicamente se enfocan en la justificación de la existencia del negocio (para emprendedores o empresas) y de la generación de ingresos.

En el caso de ejecución de proyectos, se hace un análisis individual y su financiamiento es estructurado a la medida de cada cliente en cuanto a plazo, monto y plan de pagos, afirma Román.

De igual forma, en Banco Pichincha se realiza una evaluación del perfil de las clientes empresarias y microempresarias, para el Crédito Mujer. Según eso se otorga el préstamo con plazos diferenciados y condiciones específicas.

Por lo general, los créditos sustentables tienen acompañamiento para garantizar la efectividad del uso de los recursos y conseguir que se cumplan los objetivos planteados.

Organismos internacionales y multilaterales han otorgado USD 1 110 millones en financiamiento a los bancos entre 2020 y agosto de 2022, para impulsar las finanzas sostenibles.

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